lunes, 1 de mayo de 2017

Los parnasianos románticos

En el numerosísimo grupo de poetas que aparecieron en la primera antología de "Le Parnasse contemporain", se encontraron ciertos escritores de larga trayectoria que, por así decirlo, insertaron en ella sus particulares "cantos de cisne". El grueso de su producción presenta la marca inconfundible del Romanticismo. Pero, del mismo modo que la mayoría de los grandes poetas simbolistas fueron en sus inicios grandes cultivadores del parnasianismo, algunos románticos también exploraron esta vía en el tramo final de su vida creativa.

Quizá la gran ausencia en las antologías del Parnaso sea la del no menos grande Víctor Hugo. Es sabido que su poemario "Les orientales" de 1829, pura literatura exótica y evasiva, bastante alejada de los postulados románticos en boga, sirvió de inspiración a los primeros parnasianos; así como la pública admiración que siempre manifestó hacia las obras de Gautier, Banville o Glatigny, entre otros. Pero quizás esa abstención sensata tuvo como feliz consecuencia que hoy nos permitamos el lujo de diferenciar entre romanticismo y parnasianismo como tendencias literarias sucesivas (pues algunos críticos hubieran podido basarse en esa hipotética participación para negar el parnasianismo, y concebirlo sólo como una faceta más del romanticismo).

En la antología sí que participaron, sin embargo, varios personajes cercanos a Victor Hugo: los hermanos Deschamps (Émile, que se hacía llamar "le jeune moraliste", un seudónimo muy poco parnasiano; y Antony, muy cercano al compositor Berlioz). También Auguste Vacquerie, un escritor de tendencias revolucionarias, admirador declarado de los combatientes de 1848 y 1871, y cuyo hermano se casó con una de las hijas de Hugo. O incluso Auguste de Châtillon, cuya ocupación principal fue la pintura, y que hoy es conocido por haber pintado los retratos de los principales románticos de la época.

Asimismo, Charles Coran, descendiente de una familia de marinos bretones y amigo del romántico Auguste Brizeux, a pesar de ser poco conocido en su tiempo, posee una terna de libros bastante interesante. De temática galante y refinada, en ellos puede hacerse una tentativa de rastrear los nexos entre el estilo frívolo y desenfadado de los parnasianos barrocos y el lirismo dieciochesco de Théodore de Banville. Sus sonetos son buenos. El parnasianismo le vendría como un guante a toda su producción anterior, aunque debe de tratarse de algo casual: no queda muy clara (quizá por la falta de investigaciones) su influencia en la nueva escuela... que no debió de ser muy grande, a juzgar por el puesto secundario que ocuparon sus rimas en las antologías de 1866 y 1869-71.

Finalmente, otro romántico significativo que participó en el Parnaso fue Auguste Lacaussade, nacido en la isla Reunión tan sólo tres años antes que Leconte de Lisle (por lo que ambos se conocían de la infancia, y mantuvieron inalterada su amistad durante toda la vida). Uno de sus abuelos había sido un esclavo negro, por lo que su apariencia mestiza le supuso no pocos inconvenientes en la Francia del siglo XIX (como al gran Alexandre Dumas, también descendiente de esclavos caribeños). Sin embargo, sus poemas fueron muy valorados, y en verdad sus rimas no han recibido aún la atención que merecen por su profundidad y sencillez. ¡Pero Apolo siempre dirige la atención de los suyos sobre los suyos, y en este blog se ofrecerá una digna aunque modesta representación!

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