ANDROMÈDE AU MONSTRE ANDRÓMEDA ANTE EL MONSTRUO
Del libro “Les Trophées”
La Vierge Céphéenne, hélas! encor vivante, La hija virgen de
Cefeo, ¡ay!, todavía viva,
Liée, échevelée, au roc des noirs îlots, encadenada a la
roca de los negros islotes, despeinada,
Se lamente en tordant avec de vains sanglots se lamenta con
vanos gemidos retorciendo
Sa chair royale où court un frisson d'épouvante. su carne
regia, por la que corre un estremecimiento de espanto.
L'Océan monstrueux que la tempête évente El monstruoso
océano que encrespa la tormenta
Crache à ses pieds glacés l'âcre bave des flots, escupe
contra sus pies gélidos la áspera espuma de las olas,
Et partout elle voit, à travers ses'cils clos, y por doquier
contempla ella, tras sus pestañas trabadas,
Bâiller la gueule glauque, innombrable et mouvante. unas
fauces blancas abiertas, innombrables y animadas.
Tel qu'un éclat de foudre en un ciel sans éclair, Igual que
el destello de un relámpago en un cielo sin claridad,
Tout à coup, retentit un hennissement clair. de pronto,
resuena nítidamente un relincho.
Ses yeux s'ouvrent. L'horreur les emplit, et l'extase; Sus
ojos se abren. El horror los invade, y el éxtasis;
Car elle a vu, d'un vol vertigineux et sûr, pues ha visto,
con un aleteo vertiginoso y seguro,
Se cabrant sous le poids du fils de Zeus, Pégase encabritándose
bajo el puño del hijo de Zeus, a Pegaso
Allonger sur la mer sa grande ombre d'azur. proyectando
sobre el mar su enorme sombra azul.
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