Comenzamos el mes de febrero con unas breves notas biográficas acerca de cinco nuevos parnasianos que publicaron en la segunda antología, los cuales van a copar las publicaciones de este mes.
El primero de ellos, Joséphin Soulary (1815-1891), fue un poeta lionés de ascendencia italiana, algo así como el cantor oficial de Lyon. Alcanzó un dominio magistral en la composición de sonetos, habilidad que le fue reconocida nada manos que por Théophile Gautier y que le valió el sobrenombre de "Benvenuto Cellini de la rima". Era capaz de reducir al espacio de esta estrofa, imágenes y pensamientos para los que otros autores precisaban de páginas y más páginas. Su obra más conocida fuerno los "Sonetos humorísticos" de 1858, y por ella recibió elogiosas críticas del muy influyente Sainte-Beuve. Por lo demás, su estilo fue pasando por todas las etapas evolutivas del arte francés de la época: empezó romántico, luego se enroló en el parnasianismo, y finalmente acabó escribiendo incluso poemas contra la invasión prusiana de 1871.
En cuanto a André Theuriet (1833-1907), parece ser que fue un lírico precoz, además de un prolífico autor de novelas costumbristas adaptadas al gusto provinciano (por tanto, con gran respeto por los convencionalismos sociales de la época, sin reflejar estridencias o escándalos). Leyendo su biografía, llama la atención una anécota juvenil, referente a su manía de escribir poemitas en el cuaderno de matemáticas y de las burlonas críticas de estilo con que el profesor le zahería ante todos sus compañeros (para vengarse así de su descarado desdén por las ciencias). Obtuvo la gloria literaria en 1896, siendo elegido por la Académie Française para ocupar el sillón de Aleaxandre Dumas hijo. Uno de los puntos fuertes de su estilo fueron las minucionsas y encantadoras descripciones de la naturaleza; en cuanto a su poesía, podría considerarse una réplica rimada de su prosa suave y políticamente correcta. Uno de sus poemarios posee un título harto revelador de su orientación artística: "El azul y el negreo: poemas de LA VIDA REAL".
El tercero de la tarde es Frédéric Plessis (1851-1942), longevísimo bretón que estudió en el famoso Liceo Louis-Le-Grand de París, y que pese a ser destinado desde temprana edad a las ciencias acabó decantándose por vocación hacia las letras (abandonando su prometedora carrera de Medicina). Llegó a ser profesor universitario de latín, y su vasto conocimiento y su admiración por la Antigüedad le situaron muy pronto del lado de los parnasianos, inspirando los mitos griegos y romanos buena parte de su creación poética y novelística. Y, por supuesto, sus numerosas publicaciones eruditas y filológicas.
El tercero de la tarde es Frédéric Plessis (1851-1942), longevísimo bretón que estudió en el famoso Liceo Louis-Le-Grand de París, y que pese a ser destinado desde temprana edad a las ciencias acabó decantándose por vocación hacia las letras (abandonando su prometedora carrera de Medicina). Llegó a ser profesor universitario de latín, y su vasto conocimiento y su admiración por la Antigüedad le situaron muy pronto del lado de los parnasianos, inspirando los mitos griegos y romanos buena parte de su creación poética y novelística. Y, por supuesto, sus numerosas publicaciones eruditas y filológicas.
Claudius Popelin (1825-1892) fue, por su parte, un pintor de temática histórica, que además dedicó tiempo a la composición de rimas de talante descriptivo, recopiladas en varios recueil, como sus "Sonetos y aguafuertes".
Finalmente, del hoy absolutamente olvidado Louis Salles (?) resulta imposible hallar en la red la más mínima nota biográfica. Ha ocurrido con él lo que con tantos otros: que ya no se guarda memoria de su vida, sus hechos o sus intenciones, y el hombre se metamorfosea en su obra igual que la crisálida en la mariposa, igual que el faraón en su pirámide. Pero escribió poemas bellos, alguno de los cuales publicaré aquí con el beneplácito de Apolo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario