LES DANAÏDES LAS DANAIDES
Del libro “Les épreuves”
Toutes, portant l’amphore, une main sur la hanche, Portando
el ánfora con una mano en la cadera,
Théano, Callidie, Amymone, Agavé, Téano, Calídice, Amímona,
Ágave…
Esclaves d’un labeur sans cesse inachevé, esclavas todas de
una tarea siempre inconclusa,
Courent du puits à l’urne où l’eau vaine s’épanche. corren a
derramar en vano el agua del pozo dentro del tonel.
Hélas! le grès rugueux meurtrit l’épaule blanche, ¡Ay!, la áspera
arcilla hiere el hombro blanco,
Et le bras faible est las du fardeau soulevé: y el débil brazo
está cansado de levantar su carga:
«Monstre, que nous avons nuit et jour abreuvé, “Oh monstruo,
abismo al cual abrevamos día y noche,
Ô gouffre, que nous veut ta soif que rien n’étanche?», ¿qué
quiere de nosotras esa sed tuya que no se aplaca nunca?”
Elles tombent, le vide épouvante leurs cœurs; Y todas se
rinden, con sus corazones espantados ante el vacío.
Mais la plus jeune alors, moins triste que ses sœurs, Pero entonces
la más joven, menos triste que sus hermanas,
Chante, et leur rend la force et la persévérance. canta, y les
infunde la fuerza y la perseverancia.
Tels sont l’œuvre et le sort de nos illusions: Tal es la
repercusión y el sino de nuestras ilusiones:
Elles tombent toujours, et la jeune Espérance siempre que se
vienen abajo, la juvenil Esperanza las levanta
Leur dit toujours: «Mes sœurs, si nous recommencions!» diciendo:
“Hermanas mías, ¿y por qué no volver a empezar?»
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